Cuando se le diagnostica “demencia” a un ser querido, también se está anunciando un cambio de estilo de vida para sus familiares y sobre todo para su
cuidador principal.
La enfermedad conlleva, en la mayoría de los casos, dos pacientes al mismo tiempo: “el paciente con demencia” que es el que se ve, al que llevan a la consulta, al que cuidan; y otro, el cuidador principal, que es sin duda el “paciente oculto” de la enfermedad y que precisa de igual manera atención, dedicación y consejo, para disminuir su sobrecarga física y psicológica.
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